Miros

La culpa no es de la vaca

La culpa de la deserción estudiantil en primer año de universidad está asociada al estudiante y a la Institución.

Las causas para la deserción en primer año, corresponden principalmente a:

  • Motivos asociados a los alumnos. No cuentan con una adecuada base académica para enfrentar los requerimientos universitarios; bajo rendimiento coligado básicamente, a carencias en la formación previa y de hábitos de estudio de los alumnos.
  • factores institucionales. Los problemas de calidad y eficiencia interna en los colegios repercuten en las universidades; falencias en el currículo, que no está estructurado para responder a las necesidades universitarias y la falta de preparación para ingresar a la universidad, que exige aumentar los requerimientos para los alumnos.

Entre las recomendaciones más viables cuentan:

  • Incorporar estrategias a nivel de educación secundaria para orientación vocacional de los alumnos, y reforzar institucionalmente los mecanismos para el apoyo personal al estudiante de primer año
  • aumentar el reforzamiento académico y los planes remediales
  • generar programas de inducción y nivelación de estudios para alumnos con mayores problemas académicos
  • realizar talleres para el desarrollo de hábitos de estudio, metodologías de investigación y avance en el plan curricular
  • mejorar los mecanismos de vinculación del alumno a la vida universitaria, con sus profesores y con su carrera
  • contar con mecanismos que fomenten las relaciones interpersonales de los estudiantes
  • mantener un sistema de asesorías permanente para los alumnos, que permitan espacios de diálogo más personalizados y un contacto directo con los facilitadores.

¿Cómo se percibe este problema?

El acceso a la universidad y el abandono de las carreras son temas que se debaten con recurrencia. En el 2016, en la Presidencia de la República de Ecuador, se hablaba del libre ingreso a los centros públicos de educación superior y de evitar la deserción.

En Ecuador, ocho de cada 10 estudiantes, que ingresaron a una universidad o a una escuela politécnica pública, continuaron sus estudios en primer año. Así lo anota René Ramírez, titular de la Secretaría Nacional de Educación Superior (Senescyt), con datos de la tasa de retención inicial. Antes de la implementación del ENES (Examen Nacional para la Educación Superior), el porcentaje de deserción era del 52% y se redujo al 20%. La reducción es producto de la implementación del Sistema Nacional de Admisión y Nivelación. A través del ENES se asignan los cupos dados por las universidades a personas con mayores aptitudes para tener éxito en la universidad. La crítica al ENES está relacionada a que contribuye a reducir la repitencia, aunque esa evaluación mide aptitudes sin incluir requisitos sobre conocimientos, condición sine qua non en algunos campos como la medicina.[1]

La fuente consultada da cuenta que en la hay casos en los que los estudiantes repiten los semestres. En la carrera de Medicina de la Universidad Central del Ecuador, contaba a la fecha del informe con con 4 000 alumnos, el índice de repitencia es del 5% en los primeros años. Antes del 2014 era del 25%.  En la Salesiana, con 24 000 alumnos, se registró la deserción de 6 227 chicos entre el 2014 y el 2016. De ellos, el 50,61% es por dificultades económicas; 13,06% eligió la carrera equivocada; 8,7% se alejó por dificultades en los horarios y el resto por otras causas.

Datos levantados por la firma Yqsigo.com, especializada en orientación vocacional de jóvenes, refieren que un 54% de 9 800 jóvenes de Quito no sabe qué estudiar en la universidad. A esto se suma que uno de cada 10 chicos abandona las carreras definitivamente y dos de cada cinco recorren varias facultades hasta encontrar una.

Iván Sandoval, coordinador de la Conferencia Latinoamericana sobre el Abandono de la Educación Superior (VI-CLABES), que se realizó en Quito, en noviembre del 2016, refiere que, en el caso de la institución de la cual forma parte (Escuela Politécnica Nacional), el 60% de alumnos repite el propedéutico al inicio de sus estudios, pero en las carreras el nivel de abandono no supera el 10%. “El curso de nivelación cumple un rol fundamental para reducir el abandono”.

Catedráticos universitarios y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) aseguran que la deserción es uno de los problemas más importantes que enfrenta la mayoría de universidades de América Latina. Los rectores y directores académicos de universidades del continente que participaron en la VI-CLABES 2016, coincidieron en que los porcentajes de deserción varían, según las áreas de estudio, entre el 17% y el 40%.

Carlos Quintanilla, vicedecano de la Facultad de Ciencias Naturales y Matemáticas de la Universidad de El Salvador, señaló que el porcentaje global de deserción allí es del 17%. Jorge Vergara, asesor de estudios y docencia en la Universidad de Concepción de Chile, precisó que tienen cerca de 20 000 alumnos y la deserción es “preocupante”, con un 21% de estudiantes que abandona las áreas de Pedagogía, y un 40%, las ingenierías.

 


[1] Entrevista con Ramiro López, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Central del Ecuador. Tomado de https://www.elcomercio.com/tendencias/estudiantes-desercion-carreras-universidad-educacion.html

 


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Comentarios

Una respuesta a «La culpa no es de la vaca»

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