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Vouchers para financiar la educación

Es necesario cambiar el sistema de financiamiento a las escuelas públicas a fin de construir un sistema educativo de calidad que responda a las necesidades de la población.

¿Cuál es la dinámica de pensamiento?

Se considera que las instituciones subsidiadas se vuelven dependiente del gobierno, pierden su iniciativa y actúan sobre el deber impuesto por el agente que subsidia. La escuela subsidiada termina por subordinarse al poder político. La pérdida de iniciativa, la subordinación, la dependencia de los fondos gubernamentales conllevan otros fenómenos como son la burocratización, el desvío de recursos, el autoritarismo, la deserción y los altos costos para conseguir un objetivo. De allí que una salida propuesta sea corregir el error de que el gobierno subsidie directamente a la oferta.

Esta solución, aparentemente no atenta contra la gratuidad de la educación, tomando en consideración que la gratuidad consiste en que la persona que asiste a una escuela no page de su bolsillo. El subsidio pasa a favorecer a la demanda. El cheque o bono educativo es un documento intransferible que solo sirve para pagar colegiatura. Únicamente una institución educativa lo hace válido y lo canjea por dinero de una cuenta del gobierno.

El sistema de vouchers lleva implícito el incentivo a las escuelas para competir por más alumnos. Este sistema, también conocido como subvención asistida, entrega recursos a los colegios respecto del número de estudiantes que día a día están en clases. Fue instaurado en los ochenta, con la idea que entregar financiamiento. Según la asistencia de estudiantes, elevaría la calidad de la educación. Se pensó que las familias elegirían los mejores colegios, generando competencia entre los establecimientos educacionales y dejando todo en manos del mercado.

El uso de vouchers es una política de financiamiento. Los partidarios sostienen que la competencia motivará a las escuelas públicas a mejorar en todos los aspectos. Los detractores, afirman que, al retirar dinero de las escuelas públicas tradicionales, los vouchers y la privatización exacerbarán las desigualdades, beneficiarán a pocos y dejarán atrás a muchos estudiantes.

Lo que hace este método es (1) facilitar la elección de las alternativas de mejor calidad y (2) introducir una presión competitiva adicional a las escuelas.

Argumentos a favor:

  • Los alumnos salen mejor preparados, los profesores mejoraron sus percepciones y los recursos se hacen más productivos.
  • La probabilidad de graduación de secundaria de quienes reciben vouchers, tiende a aumentar.
  • La mayor competencia presiona a las escuelas públicas a mejorar.

Argumentos en contra:

  • Este sistema de subsidio a la oferta ha generado problemas de corrupción, violencia, sindicalismo, inconformidad, y se descuida la función esencial de la escuela.
  • Los vouchers generan estratificación. Los mejores y más motivados estudiantes serían una causa de disputa en las instituciones educativas. La heterogeneidad sería menor y algunas instituciones quedarían con peores estudiantes. En las instituciones menos favorecidas, habría mayores problemas de rendimiento por falta de influencias positivas sobre los compañeros (efecto de pares) y problemas de estigmatización por haber concurrido a una institución determinada.
  • No se cuentan con suficientes estudios sobre la interacción entre los distintos agentes del sistema educativo (autoridades, docentes, estudiantes y padres).

El sistema de bonos educativos es una alternativa de financiamiento estatal a la educación. Parece ser que tiene el potencial de generar efectos beneficiosos, si su diseño es adecuado.

 


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