Por estos días (10 al 12 de diciembre) se celebró el 5to. Congreso Internacional de Innovación Educativa (CIIE) en el campus Monterrey del Instituto Tecnológico de Monterrey. Carl E. Wieman, físico estadounidense ganador —junto con Eric A. Cornell—del Premio Nobel de Física en 2001, profesor e investigador para la transformación de la enseñanza de las ciencias, se refirió a la necesidad de transformar el pensamiento.
¿Cómo se abordó el tema?
Wieman se refirió a que antes se pensaba que las escuelas y universidades debían “recibir cerebros y empaparlos de conocimiento”. Hoy, la ciencia ha demostrado que, para ofrecer una verdadera educación de calidad, se debe “recibir cerebros y transformarlos”.
¿Qué sería lo más importante?
Lo más importante para la academia no debe ser el contenido de las clases, el plan de estudios o el currículo, sino lograr un verdadero cambio en el cerebro de los alumnos “en respuesta a un pensamiento intensivo capaz de ‘recablear’ tal órgano para mejorar sus capacidades”.
Pero…, eso es lenguaje metafórico
No. Esa transformación fue demostrada por su equipo a través de varias pruebas científicas, incluida una serie con base en resonancias magnéticas.
¿En qué considera el físico que debe transformarse el cerebro?
En uno similar al de un científico. “El objetivo de la educación debe ser que los estudiantes aprendan a tomar decisiones en situaciones relevantes, como un científico”; así dijo.
¿Qué se necesita para lograrlo?
Práctica, fundamentalmente. Pero deben considerarse otros factores como:
¿Cómo lograrlo?
Con preguntas desafiantes, poniendo en práctica estas habilidades y, sobre todo, tomando decisiones.
Lo más importante, afirmó Wieman, es entender que “estamos construyendo cerebros, no solo llenándolos de conocimiento”.
Doctora en Ciencias Sociológicas
Investigadora de campos sociales
Redactora de contenido hipermedia
Sembradora de tendencias