Miros

¿El sexo desata la ira…?

Al menos en el hipopótamo, sí.

¿Qué tanta ira puede tener un hipopótamo?

A menudo se describe como el animal más peligroso de África. Responsable de más muertes que ningún otro vertebrado. Mata a más personas que las serpientes venenosas, los leones, los leopardos, los elefantes y los rinocerontes.

¿Qué dimensiones tiene esa ira?

Tan grande y voluminosa como el equivalente a 3 toneladas de peso en movimiento. Se han medido velocidades de 40 kilómetros por hora en los hipopótamos. Son más rápidos que la mayoría de los humanos, sobre todo en distancias cortas. En el agua también pueden ser veloces: corren o saltan sobre el fondo y cruzan los ríos con gran rapidez.

¿Cómo actúan cuando están iracundos?

Disponen de herramientas para partir en dos un cuerpo de un solo mordisco. No comen a sus víctimas. Uno de los grandes asesinos de África es paradójicamente herbívoro. Una de las razones de su reputación es que además de defender su territorio ante otros hipopótamos, también lo hace ante la gente. Se han dado casos de ataques de hipopótamos a personas en lanchas cuando atraviesan su territorio y otros que salen del agua y atacan a personas que se acercan al río. El objetivo no es matar, sino herir.

¿Qué dispara la ira?

El sexo. Durante la época de apareamiento aumenta la agresividad y las peleas de los hipopótamos en el agua. Aumenta además el peligro para las personas. Todo ocurre cuando las hembras están receptivas y listas para aparearse. Es cuando hay más peleas entre los machos.

Para el hipopótamo el apareamiento y el territorio están potentemente vinculados. En ambos casos hay un requisito clave, un recurso valioso: el agua. No abunda especialmente en África y eso supone que las hembras se concentren en una zona durante el día para refrescarse y protegerse del abrasador sol. Cuando ocurre eso, los machos defienden esas zonas de agua, frente a otros machos.

La testosterona en los hipopótamos machos, al igual que en los humanos, desempeña un papel clave en su agresividad. Todos los mamíferos tienen testosterona y los machos producen más que las hembras. Ahora, los hipopótamos producen más testosterona que ningún otro mamífero.

¿Tiene sentido la ira?

La agresividad pura tiene sentido para el hipopótamo, sobre todo cuando está en juego la búsqueda de sexo y la transmisión genética. Para los humanos no está siempre tan clara la relación entre sexo y agresividad. Algunos investigadores consideran que el sexo elimina el instinto asesino. La testosterona sube incluso en los deportes sin violencia como el ajedrez.

Disponemos del libre albedrío para reprimir o desatar la ira… con o sin sexo…


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