Las vacunas y la potabilización del agua son dos medidas en Salud Pública que han tenido un extraordinario impacto en la salud de los ciudadanos del mundo a lo largo de los años. Las vacunas contribuyen a evitar enfermedades e infecciones.
En junio de 2018 se registraban 200 contagios de sarampión por semana en los Estados Unidos. En el 2014, tras 18 años de haber erradicado el sarampión, se presentaron varios casos: un paciente cero contagió a 125 niños en Disneylandia. Ninguno de ellos estaba vacunado.
¿Por qué los padres no están vacunando a sus hijos cuando el riesgo de contraer enfermedades es evidente?
Desde que la vacunación empezó a practicarse a finales del siglo XVIII, sus oponentes han mantenido que las vacunas no funcionan:
Desde entonces, campañas contra la vacunación han dado como resultado daños innecesarios y muertes en masa.
En 1998, la revista médica The Lancet publicó un artículo escrito por el ex cirujano e investigador británico Andrew Jeremy Wakefield, en el que se afirmó que la inmunización podía producir autismo.
El estudio de Wakefield y su tesis que la vacuna triple vírica podía causar autismo condujo a un descenso en los índices de vacunación en Estados Unidos, Reino Unido e Irlanda, y aumento de los casos de sarampión y paperas, provocando casos graves y fatales. Sus continuas advertencias en contra de la vacunación han contribuido a un clima de desconfianza hacia todas las vacunas y a la reaparición de otras enfermedades que se creían controladas.
En 2005, un grupo conformado por autoridades médicas del Reino Unido y los Estados Unidos de América, concluyeron que no hay evidencia de relación ente la vacuna triple vírica y el autismo. La “triple vírica” había prevenido enfermedades que todavía llevaban una gran carga de muerte y complicaciones.
En 2010 (12 años más tarde) los editores de The Lancet retiraron completamente el artículo. Para entonces era tarde; existían grupos que se oponían a la vacunación de los niños y promovían la desinformación generada en ese artículo tendencioso. Durante este tiempo las redes sociales ayudaron a diseminar información alrededor del mundo en contra de la vacunación.
¿Cuáles son las consecuencias de la reducción de la vacunación?
En diversos países, la disminución de uso de determinadas vacunas fue seguida de un incremento en la mortalidad. De acuerdo a los Centros para el control y prevención de enfermedades, son necesarios periodos persistentes de alta cobertura de vacunación para prevenir el resurgimiento de enfermedades que han sido prácticamente eliminadas.
Doctora en Ciencias Sociológicas
Investigadora de campos sociales
Redactora de contenido hipermedia
Sembradora de tendencias