Miros

Días contados a la torre de marfil (Universidad)

La expresión “torre de marfil” incluye asiduamente connotaciones peyorativas: de los muros de una torre de marfil, nada se desprende, nada parte. Desde el siglo XIX, se ha utilizado para referirse a un mundo o ambiente en el que los intelectuales se regodean en búsquedas desconectadas de las preocupaciones de la vida cotidiana. Conlleva una separación intencionada del mundo real, una investigación infructuosa, o de necesaria complacencia.

En el discurso de Adolfo López Mateos el 6 de septiembre de 1960 en la Universidad Nacional Autónoma deMéxico con motivo de la III Conferencia de la Asociación Internacional de Universidades decía: “(…) Al falso humanismo de academia, de torre de marfil de sanceta sanotoum,[1] pretexto para el aislamiento egoísta que hace de la reflexión un solipsismo, un quedarse solo y aparte, entre bizantinismo, sin trato con los hombres, debe seguir un humanismo de saber participado a los demás. La idea de minoría selecta ha caído en desuso como falacia aristocrática. Hoy más que nunca es pertinente reconsiderar el lugar del saber y del hombre en el mundo y en la sociedad moderna. (…). No se puede pensar en la ciencia si no es como fundamento de un humanismo que mejore las reglas de vida para el hombre”.

La metáfora bien puede emplearse para identificar uno de los fallos más importantes del actual (finales de la segunda década del siglo XXI) sistema de educación superior. En un mundo de conectividad especialmente entre los jóvenes, las universidades continúan operando como grandes islas autónomas de escolarización y aprendizaje que no han sabido utilizar Internet para romper los muros que dividen a instituciones, profesorado, familias y estudiantes.

La Blockchain (BC) permitirá a la Universidad del siglo XXI convertirse en una red y un ecosistema, no en una torre. Es todo un entramado de innovación con una gran oportunidad para crear una experiencia educativa sin precedentes, para estudiantes de cualquier lugar (glocal). Consiste en ensamblar los mejores materiales de aprendizaje en línea del mundo, y permitir a los estudiantes organizar sus itinerarios de aprendizaje con el apoyo de una red de instructores y facilitadores educativos, sin que su procedencia sea lo determinante.

Está enfocado en los estudiantes y requiere el esfuerzo de las universidades que deben realizar complejos cambios estructurares. Esto también implica un reto para los facilitadores, que necesitarán estrechar lazos y construir una (diferente) comunidad.[2]


[1] Aunque estas son las palabras que aparecen en el texto del discurso, parece referirse al Sancta sanctórum, que significa en latín “Santo de los Santos” y hace referencia a un lugar que es sumamente santo, es decir, un espacio santísimo.

[2]El texto consultado que aborda este enfoque para presentar la apuesta por la Blockchain (BC) es: La revolución del Blockchain y la Educación Superior. Don Tapscott y Alex Tapscott (2017).


 


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